martes, 5 de julio de 2011

La increíble historia del hombre menguante

A nadie que me conozca le sorprenderá que mi talla de pantalón haya pasado de una 42 a una 40 desde que estoy aquí, pues ya sabrá que soy muy dado a perdidas de peso, especialmente en verano.
Lo que ya no es tan normal es que vine midiendo 1,85 m. y ahora mido (según reconocimiento médico) 1,83 m., y que vine calzando un 45 y ahora estoy entre un 43-44... Mamá estoy encogiendo!!

Bueno, igual es cosa de la humedad y el frío (aquellos que hayáis usado alguna vez una lavadora sabréis que ciertas prendas, especialmente las delicadas como yo, encogen al lavarlas con agua fría), porque el clima de Londres en verano no es precisamente caluroso. Cierto es que hemos tenido un par de días (a veces se extendió a casi una semana) de bastante calor (no más de 30ºC, pero con niveles de humedad bastante altos, lo que incrementa la sensación de asfixia), pero el resto del tiempo el cielo está cubierto de nubes y cuando menos te lo esperas cae la lluvia (unas gotitas o un señor chaparrón, según le apetezca a esta isla...).

La cosa no ha cambiado mucho desde que publiqué mi última entrada: mucho trabajo en el restaurante y poco tiempo libre (que dedico a disfrutar de esta ciudad con Zuzana). Una novedad: he realizado un par de encargos para una empresa de Almería (sí, me he tenido que venir lejos para encontrar algo cerca de casa...), y voy viendo posibles trabajos como diseñador aquí (que de momento se van quedando en posibles, pero según la física cuántica, en alguno de nuestros universos paralelos ya estoy currando de diseñador, e incluso soy rico y famoso, aunque a alguno de vosotros nunca os llegué a conocer... me quedo con este universo!! ;D)

¿Por qué escribo esta entrada entonces? Solo para deciros que estoy vivo y bien (aunque menguando), ya que os tengo un poco abandonados. Os pido perdón, pero de verdad que uno no para en esta ciudad de locos.

Otra cosa:
Esto es un brasileño, una eslovaca y un español que están en Londres y un día le dice la eslovaca al español: "voy a ir a Eslovaquia de vacaciones un par de semanas, ¿quieres venir?". Entonces el español le pregunta al brasileño (que es su jefe) si puede pillar un par de días, este le dice que si, y el español compra los billetes.

¿No os ha hecho gracia? Pues yo estoy dando saltos porque a finales de este mes voy un par de días a Eslovaquia, así que ya os contaré que tal son aquellas tierras en mi próxima entrada (espero que no se demore tanto como esta...)

Un abrazo y nos vemos!!

1 comentario:

  1. q disfrutes!! PD: a ver si me paso p London city, y menguo un poco!!
    ve subiéndolo al feixbu igual q éste, y así vamos sabiendo de ti!!
    1 bci!!!

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