lunes, 25 de octubre de 2010

En busca de Peter Pan hasta Candem Town


Poco a poco notaréis que mis entradas se irán acortando, y es que hay mucho por hacer y el ritmo de vida aquí es algo distinto.

Una de las puertas de acceso



El sábado decidimos ir a dar una vuelta por el centro de Londres. 

Empezamos por el mercado de Covent Garden (nada reseñable) y seguimos hasta China Town. Varias portadas inmensas situadas en las calles que dan acceso a este trocito de China en el corazón de Londres, solo el hecho de estar plagada de turistas te recuerda que no estás en ella.

Las tiendas de comida te muestran patos asados colgados por el pescuezo, varios leones de piedra guardan ciertos lugares, en el mercado hay frutas traídas del lejano oriente nunca vistas antes, y los ancianos juegan a algún juego de mesa despreocupados de todo cuanto pasa a su alrededor.

Os vigilan










Piccadilly Circus






Tras dejar atrás China Town, pasamos por Piccadilly Circus, de cuyo lugar esperaba algo más, la verdad sea dicha, y por el Soho, por cuyas calles el vicio campa a sus anchas. Plagado de Sex Shops y locales de masajes tailandeses (¡Ja!) no podemos negar que este barrio tiene carisma.












Tal vez sintiendo algo de vergüenza, decidimos oír a nuestro niño interior e ir en busca de Hyde Park, donde una estatua de Peter Pan nos llamaba a gritos.


El parque es enorme y precioso vestido de los colores del otoño. Llegamos algo tarde y la luz del crepúsculo tal vez lo embellecía aun más.


El atardecer en Londres
A pesar del frío, es otoño




"Para Geraldine Charles. Siempre joven"


No nos llevo mucho tiempo encontrar el camino que nos llevaría hasta Peter Pan, y las ardillas salían a nuestro paso acostumbradas a que los viandantes les ofrezcan comida.

A Peter Pan


No alimenten a las ardillas, por favor
"¡Dame comida!"













¡Al fin lo encontramos! No había casi luz y probablemente volvamos otro día para poder disfrutar más de la estatua, pero habíamos cumplido la misión que nos habíamos propuesto. 1-0 para España. ¡Vámonos a casa que está empezando a llover!

Peter Pan
Y Campanilla



El domingo, Lorena (la campanilla de la foto) decidió volver a ir a Hyde Park a verlo por completo, ya que lo dejamos a medio ver. Por nuestra parte, Irene y yo fuimos a ver el mercado de Candem Town.

Solo tres palabras pueden definirlo: ¡Im-pre-sionante!

No dejéis de visitarlo cuando vengáis a Londres. Empieza en una calle plaga de de tiendas a uno y otro lado que termina en lo que aquí conocen como "Little Venice" (la pequeña Venecia), aunque bien podía llamarse "Little Spain" por la cantidad de españoles que deambulan por el mercado.

Puedes pasar todo el día perdido por el laberinto que forman sus calles sin dejar de sorprenderte al torcer cada esquina. Cada tienda tiene su estilo, y por distintas que parezcan unas de otras, ninguna desentona.
Le gente aparca sus compras para tomar algo junto al río en una estampa que nos recuerda a Amsterdam más que a Venecia. Juzguen ustedes mismos.


Little Venice
Una de las partes que más me gusto de aquel lugar es lo que fueron las antiguas caballerizas.Caballos de bronce de todos los tamaños adornan cada esquina de este mágico lugar, lleno de recuerdos que aun laten bajo las maderas y la piedra de las paredes.

¡Sooo, caballoooo!


La entrada a una de las antiguas caballerizas


Sin duda alguna este sitio se ha ganado mi corazón. No creo que tarde en volver por aquí.

Salimos de allí para encontrarnos con Lorena en "Trafalgar Square", dónde toda la plaza se convierte en un monumento que recuerda a todo español que la pisa la lección que nos dieron y que nos bajo los humos en una época en que el sol no se ponía en todo el territorio bajo dominio español. Ningún imperio por grande que sea es invencible. 


*Fe de Erratas: Según he sabido recientemente, durante la batalla de Trafalgar lo que se defendían eran intereses franceses y la gloria del Emperador Napoleón, así que si no se había de poner el sol en algún imperio sería en el de este señor. Más vale parecer un idiota por un instante que serlo toda la vida, ¿no?. Pues ya somos un poco más sabios, porque ninguno de vosotros me había corregido hasta ahora... ;D



De allí fuimos en busca del "Big Ben" que se podía divisar desde la plaza. Por el camino encontramos un par de cuervos jugando en unos columpios, y como os prometí que os enseñaría fotos, ahí teneis. Estampa digna de aparecer en la mejor de nuestras pesadillas, ¿verdad?. Jajaja. Habrá a quien le gusten los cuervos.
Para ellos prometo colgar alguna en la que se vean más de cerca, el resto, cerrad los ojos. Jajaja.


Os dejo la vista que desde uno de los puentes puede verse, con el parlamento y el "Big Ben" a la izquierda y el "London Eye" a la derecha.




Volviendo hacia la zona donde intuíamos estaba el "Buckingham Palace" nos encontramos con un león con bastante mala cara y que parecía que se iba a echar a llorar en cualquier momento. Una señora española que pasaba por allí opinaba lo mismo que yo, así que ahí os dejo otra imagen para que veáis de que estamos hablando. Hay quien dice por ahí que es el león del mago de Oz que llora porque le falta el valor...


¿El famoso "Crying Lion" tal vez?


Es sorprendente lo jóvenes que son los guardias de lo que sea que guarden, porque no nos quedó muy claro ya que uno estaba quieto en una puerta por la que pasaba todo el mundo, y otro daba vueltas de un lado a otro, guardando una pequeña puerta de madera que probablemente no llevaba a ninguna parte. Lo que yo os diga, están muy locos estos ingleses. Hacer la mili en Melilla ha de ser malo, pero yo creo que a este le propones un traslado y al menos se lo piensa, porque no os imagináis la cola de gente que había para hacerse una foto con él y la de tonterías que el ser humano es capaz de hacer (y soportar por lo visto).


¡No os mováis! ¡Listo! ¡Buena foto!


Efectivamente, íbamos por buen camino hacia el "Buckingham Palace", pero una vez más se nos hacía tarde y esta vez no llegábamos. Empate 1-1.


¡Vamos a casa que mañana hay que empezar fuerte la semana!

sábado, 23 de octubre de 2010

Vente a Alemania Manolo

¡Por fin tengo internet!


Y todo se lo debo a mi "flat mate" (mi compañero de piso anteriormente conocido como Thornloe Jr.). Resulta que la contraseña que me dio Mr. Thorneloe es la de su cuenta de correo (ya puedo vaciarle la cuenta corriente) y por  eso no funcionaba el wireles.


Los Thorneloes han ido a pasar 3 días a casa de unos amigos, así que ayer cuando volví a casa solo estábamos Christian (ese es el nombre de mi nuevo amigo) y yo, así que al fin pudimos entablar conversación.


Resulta que tiene 21 años y estará aquí por solo 4 semanas con un programa de su país (por lo visto en el mismo programa que la chica alemana que está con nosotros en clase) en el que cogen experiencia en el campo que quieren estudiar antes de comenzar los estudios. Esto es genial porque pienso que te hace ver todo lo que necesitas saber para desarrollar tu futuro trabajo, y por lo tanto, a la hora de estudiar se pone más empeño en aquellas asignaturas realmente útiles. ¡Es que van años luz por delante de nosotros!


Tras hablar sobre mil temas le invité a venir esa noche con nosotros y aceptó. Mi sorpresa fue mayúscula cuando al llegar al pub, yo era el extraño y no él. Resulta que estuvo antes que yo en la misma academia y conocía a la mayoría de los que allí estábamos.
Ya decía un vídeo musical de Facto Delafé, "Se dice que todas las personas del mundo estamos relacionados por una cadena de conocidos de no más de cinco intermediarios. Puede que no sea cierto. Pero nos gusta pensar que si". Curiosa teoría.


La verdad es que lo pasamos bien anoche. Estuvimos en un pub donde había música en directo y donde ¡no se podía fumar!. Esto me encantó, pero no tanto a los fumadores del grupo. Jejeje.


Tom, el profesor que me ofreció ir con él y su amigo profesor, estaba descontrolado. El otro profesor es un chico peruano bastante simpático que se alegró mucho de poder hablar un poco en español con nosotros.


Tom y la chica alemana me insistieron mucho en que fuera con ellos a "Central London" (el centro de Londres, que está a unos 25 minutos en metro de nuestra zona) ya que los pubs cierran muy pronto y has de ir allí en busca de lo que aquí llaman "clubs" (discotecas, vamos) si quieres continuar la fiesta hasta tarde, pero entre que Tom me dijo que necesitaba más o menos unas 30 libras para poder gastarlas y que vi que tenían cierto tonteo y me podía ver solo en medio de una ciudad que no conozco, les convencí para que no insistieran diciéndoles que tal vez la semana que viene.


Lo cierto es que si que cierran pronto los pubs. A la 1 de la mañana apagaron la música y el portero empezó a echar a la gente a la calle. Los porteros aquí son el doble de grandes que los de Jerez, y sin embargo son los más amables que he visto nunca. Te abren la puerta del local, te saludan amablemente,... ¡Unos profesionales de verdad, vaya!


El único punto negativo de la noche es que a Irene le robaron la cámara de fotos del bolso. No cogieron nada más, ni dinero, ni móvil, nada. Solo la cámara. El lunes hablaremos con los profesores y a ver si hay suerte y aparece.


¿Qué hace distinta esta noche de las noches de Jerez?
Pues al salir del local para irnos a casa, en el parque de enfrente nos encontramos con un zorro. No un señor vestido de negro con antifaz y capa, no, un zorro como el que cabalgaba David el Gnomo. ¡Impresionante!


Aquí la fauna es muy diferente.En lugar de gorriones hay unos pájaros más grandes que le echan cojones a las palomas y un montón de ardillas (¿te suena Salva?). Ya os colgaré fotos. ¡Ah! ¡También hay un montón de cuervos!


Este fin de semana iremos al centro (hoy hemos ido, pero prefiero contaros todo el fin de semana de una vez), así que ya os contaré que tal la experiencia urbanita en la siguiente entrada.


Ahora me voy a la cama que creo que llevo como media hora dormido.




Anoche una chica italiana me dijo que ella ya sabía cual sería mi trabajo aquí, que sabía con que podía ganarme la vida en Londres: ¡bailando!


¡Vente a Londres Manolo!

Un trocito de España en Ealing.

No sé cómo me las apaño, pero la fiesta me persigue.

Durante un descanso de las clases (tenemos 50 minutos de clase y 10 de descanso entre ellas) uno de los profesores entabló conversación con un chico y una chica italiana y con una chica alemana. Yo estaba fuera con mis compañeros españoles porque me han pasado a una clase de nivel avanzado y la verdad es que esos 50 minutos son agotadores (más aún tras varios “rounds”). Cuando entré en clase el profesor estaba hablándoles de música y de lo que él decía es el mejor club de la ciudad: Ministry of Sound. Yo no tercié palabra, solo me limité a escuchar y asentir cuando estaba de acuerdo con lo que se decía.
No sé muy bien qué es lo que pasó, pero justo antes de sentarnos el profesor se dirige a mi preguntándome que si conocía a un profesor de la academia, a lo que le contesté que no,  me contó que suelen salir a beber  los viernes por la noche y acto seguido me invitó a ir con ellos. ¿Me ha visto cara de borracho, de juerguista o ambas cosas? (la verdad es que estoy todo el tiempo bromeando con los profesores e igual eso le ha llevado a tomar tal decisión).

¡Acepté, por supuesto! Jajaja.

En un principio me pareció que se dirigió exclusivamente a mí, y hablando luego con la chica alemana me comentó que a ella también le dio esa impresión. ¿Susto?

Al final de las clases hablamos un poco más sobre ello y al final seremos varios los que iremos con él por ahí. Fin del susto.

Como necesitamos comunicarnos de un modo económico entre nosotros (y con los nuevos amigos que vamos haciendo aquí, como nuestro “teacher”), al salir de clase fuimos a comprar una tarjeta SIM para usar aquí. Las llamadas tienen un coste de 1 pence/minuto (es a la libra, lo que un céntimo es al euro) entre tarjetas de la misma compañía y también es bastante barato para usar con otras compañías e incluso para llamar al extranjero. La compramos en un quiosco regentado por indios, lo cual nos ha hecho pensarlo mucho, pero al final hemos caído en la tentación ya que solo nos ha costado 6 libras (1 por la SIM y 5 por la recarga). Merece la pena probarla así que crucemos los dedos.

Lorena mientras tanto fue con la chica alemana a GOREA, la agencia que nos acoge aquí (también a la chica italiana), para arreglar un par de asuntos, pero estaba cerrada así que decidimos buscar un sitio para cenar todos juntos.
Como por la mañana había estado dando vueltas tras desayunar (por solo 3,99 libras te ponen dos tostadas, bacón, un huevo, alubias y una taza de té que te dejan con ganas de cama otra vez) en busca un ciber (que nunca llegué a encontrar aunque me indicaron dónde pensaban que había uno…), decidí llevarlos a un bar llamado “Bar de Tapas” tan bien adornado que casi parecía español de verdad.

Al entrar nos atiende un camarero joven, y a los 30 segundos ya nos estaba hablando en español. ¡Vamos a conquistar Londres de a poco!.
Resulta que el dueño es de Barcelona y el camarero de Madrid. Lo primero que nos ofreció fue manzanilla “La Guita”, y pensando que me estaba vacilando lo solté un “!hi oé¡”. Me llevó con él a la nevera y me la mostró repletita de  manzanilla. Jajaja.
Aquí no tiene mucha salida por lo que se ve, pero eso yo ya lo esperaba y de ahí que me sorprendiera tanto que la tuvieran.
Me contó que lleva trabajando en el bar solo tres meses, pero que lleva viviendo aquí 5 años. Al comentarle nuestras condiciones aquí y quejarme del poco dinero del que disponíamos, se sorprendió y me dijo que tener pagado el alojamiento estaba de puta madre. Se ve que el alojamiento aquí se paga por semanas, y que él aquí está viviendo en una habitación muy pequeña por la que paga 140 libras a la semana. ¡Dios! ¡Si me quiero quedar aquí al finalizar la beca me tengo que poner las pilas!
Al terminar la comida hablamos con él un rato sobre las zonas de marcha y los horarios de los pubs, a lo que nos contestó que él no sale mucho, pero aún así nos informó bastante bien. ¡Ay, pillín!
Le hemos invitado a venir con nosotros cuando quiera y como la comida allí es bastante buena y barata, creo que nos volveremos a ver.

Hoy hablé con Mr. Thorneloe sobre la conexión a internet, y aunque me ha dado la contraseña (la han pedido a la compañía y se la han mandado por carta), no he podido conectar. ¡Shit!. Mañana me toca ir a la tienda a preguntar qué es lo que hago mal.

Me piro a la cama ya que mañana el día se presenta movidito.

Good night Spain!


¡Por cierto! A la chica alemana le ha encantado la tortilla de patata, pero le he explicado que mi madre hace la más rica del mundo (solo superada por las de mi abuela). ¡Un beso mamá!

Soy tan bueno que hago las cosas bien sin quererlo.

Hoy, al salir de las clases pensábamos ir a tomar algo (our first pint!) pero Eva se encontraba algo mal y como ya era tarde (las 6 p.m. de la tarde aquí es tarde señores, ya que es la hora de salir del trabajo y suelen cenar sobre las 7 p.m.) Javi  se fue a casa con ella y Lorena, Irene y un servidor fuimos a buscar un supermercado para hacer nuestra primera compra aquí.

Yendo hacia el supermercado pasamos junto a una tienda que hemos bautizado como “all 1 pound” (el equivalente a todo a 1 euro) y decidimos entrar por si necesitábamos algo.
Pensaba que no compraría nada, pero recordé que Salva (¡un abrazo man!) me comentó que para estudiar idiomas tiene un método acelera el aprendizaje y que es infalible. Usando tarjetas y anotando en un lado las palabras que no conoce en el idioma extranjero (aunque ahora es el nuestro el que no juega en casa) y al otro lado su equivalente en el nuestro, es mucho más fácil repasar vocabulario pudiendo hacerlo en cualquier lugar y en cualquier momento si llevamos estas en un bolsillo por ejemplo.

 Tras ese flashback digno de cualquier película de Star Wars en la que el maestro Jedi se aparece al joven padawan, me puse a buscar en la zona de papelería de la tienda. Tras un rato buscando infructuosamente decidí preguntarle al dependiente (un señor hindú muy amable), pero cuando le dije “cards” él me envió dos pasillos más allá, donde me esperaban las barajas de cartas.

 ¡No hombre, no!. Vuelta al pasillo de papelería. Sigo sin ver  nada. Mmmm,¡me las fabrico yo!. Pillo un paquete de folios y así me entretengo un rato. “How much? One pound. Ok. Thanks!”
Ahora al super. El concepto de supermercado que tenemos en España es bien distinto al que tienen aquí, o tal vez aún no he visto ninguno de verdad, que también puede ser…
Para aquellos que habéis estado alguna vez en un VIPS o en un  OpenCor: eso es un supermercado aquí (chispa más o menos). Para los que no y seáis de Jerez: el SuperCor que hay frente al minotauro. Para todos los demás: preguntad a los que hayan viajado más que vosotros.

La variedad es escasa, o al menos en Sainsbury´s, y tal vez por ser hora punta y tratarse de un sitio muy pequeño, la cola pasaba por casi todos los pasillos de la tienda. Un segurata con cara de “¡por favor no robes nada!” me observaba esperando un movimiento en falso para pedir ayuda, sin saber que no trataba de despistarle para robar, sino que estaba más perdido que la madre de Marco.

Tras llenar la cesta con todo lo que considerábamos necesario y guardar nuestro ratito de cola (la verdad es que es la cola más larga que he visto en un super, pero también la más rápida) se queda libre una caja y cuál es nuestra sorpresa al descubrir que, mientras intentábamos decirle al chico que en la cesta había dos compras separadas, el chico que nos atendía  ¡hablaba español!. Por el acento deducimos que era argentino, y parece que se alegró mucho de ver alguien que hablara su mismo idioma porque nos atendió en español y nos dio un poco de palique (igual si hubiera ido solo no lo hubiera hecho, pero como iba con dos chicas…).
Cuando llego a casa me cruzo con Peter (Mr. Thorneloe) y al saludarlo creo que no me reconoce, lo cual no es raro porque a las 7 de la tarde aquí es de noche, así que continúo mi camino y entro en casa.

Hoy he conocido a Adaire (Ms. Thorneloe). Se ve muy amigable y algo más comunicativa que su marido, así que he charlado un poco con ella y me ha contado que hoy se ha tenido que ir temprano porque su nieta de 6 años participaba en algo llamado “the hobbit´s day?” (una fiesta en la que los niños buscan regalos, cantan, etc.). Parece ser que si hay internet en la casa, pero no recuerdan la contraseña de la red y me han dicho que en cuanto la averigüen me la darán para que todo esto que escribo no caiga en saco roto.

Cuando parecía que todo se empezaba a normalizar, dos sorpresas más.

Primera: al preguntarle a Ms. Thorneloe acerca del sitio en el que poner la comida que he comprado, ¡me ha contestado que lo mejor es que la guarde en mi cuarto¡. Me he quedado de piedra, así que me he preparado una lasaña que he comprado para cenar y ya mañana le preguntaré que puedo hacer cuando compre leche y demás cosas que necesiten mantener cierta temperatura. He decidido que haré la compra diariamente ya que no quiero tener la habitación llena de comida.

Segunda: el chico que pensaba era Thorneloe Jr… ¡resulta que es otro chico que tienen alojado en la habitación que hay frente a la mía! Es alemán y por lo que le he podido entender (su inglés es perfecto, tanto que me hizo pensar que era el hijo de la pareja, pero aún no entiendo todo lo que llega a mis oídos) dentro de unas tres semanas vuelve a su país. ¡Vaya tela! (¡Tengo que practicar!)


Parece que la comunicación no es el fuerte de esta familia (o al menos de momento me da esa impresión) ya que tras invitarme amablemente a su mesa, Ms. Thorneloe se despide de mi y sube su cuarto (su marido había salida a jugar una partida de Bridge, que según me ha explicado ella les encanta y es un juego dónde la inteligencia juega un papel muy importante). No dejo de sorprenderme.

Tras tantas emociones creo que me voy a dormir, así que tal vez mañana os cuente otro capítulo de este culebrón.

Buenas noches/tardes/días, dependiendo de la hora en que leáis esto.


¡Ah! ¡Casi se me pasa! ¿No os preguntáis el por qué del título de esta entrada? Pues bien, cuando he terminado de cenar he colocado los platos en el fregadero (así me ha dicho Ms. Thorneloe que lo hiciera ya que ella los mete después todos juntos en el lavavajillas)y he subido a mi cuarto. Como quiero mejorar mi inglés y sigo los buenos consejos que algunos de vosotros me dais con todo el cariño del mundo (solo el cariño no vale para que los siga, han de ser buenos), me he dispuesto a hacerme unas cuantas tarjetas para rellenar durante la clase de mañana y… ¡oh,sorpresa! Me he confundido al comprar el paquete de folios y resulta que son cartulinas, que es justo lo que necesitaba aunque no lo que iba buscando. ¡Es que soy bueno hasta sin querer serlo, me cago en la leche! Jajajaja.

Venga, un abrazo!

Mi primer despertar aquí y ya la he liado.

Me apetecía levantarme el primer día tranquilo ya que me acosté muy cansado y tampoco tenía nada que hacer hoy hasta las 10 salvo explorar los alrededores de la casa dónde viviré.

Pues bien, esta mañana me levanto a las 8:30 pensando que ya no habría nadie en la casa y cuál es mi sorpresa al abrir la puerta y oír ruidos en los demás cuartos. “Si Mr.Thorneloe me dijo ayer que ellos salían para el trabajo a las 8h. ¡Tengo que ponerme las pilas con el Inglés porque me da a mí que no me he enterado de nada de lo que hablé con él ayer!”.
Viendo que la casa iba despertando poco a poco decidí volver a mi cuarto e ir ordenando un poco las cosas que ayer dejé a medias. Así dejaba que pudieran usar el baño con comodidad para prepararse para ir a trabajar, y por otro lado evitaba que me vieran con la torta que lleva uno encima recién levantado, todo despeinado y desaliñado, con el consecuente susto que la pobre familia se llevaría.

Ayer mientras cogía sueño mi cabeza iba a mil por hora (aún no se si eran kilómetro/hora o millas/hora, ya lo decidiré) y se me ocurrió que tal vez no era mala idea lo de hacer el blog. Así puedo ir informando a los míos de cómo va la cosa, y al mismo tiempo me sirve para poner algo de orden en mi cabeza.
Como de momento parece que no tengo conexión a internet en casa, encendí el ordenador para ir haciendo un borrador de lo que tengo en mente y cuál es mi sorpresa al ver la hora: ¡las 7:30!.

Para aquellos de vosotros que discutían acerca del cambio horario: aquí la hora es la del meridiano de Greenwich, y la de España es Greenwich+1 (véase cualquier dispositivo electrónico al ajustar el huso horario).
Como aquí hay una hora menos que en España, ayer cambiamos la hora de los relojes durante el vuelo (¡ya me estabais tachando de “tontoelculo”, ¿no?!). Si señores, fuimos muy previsores pero a este “cuasitontoelculo” (no me voy a quitar toda la culpa) se le olvidó cambiar la hora del móvil (comprensible por otra parte ya que durante el vuelo lo tenía apagado) y claro, me he levantado una hora antes de lo que tenía previsto.

Así pues, aquí estoy, contando mi primera aventura en un documento Word (aunque la primera aventura realmente fue mi viaje para llegar a la casa, considero que esta es mi primera aventura en Londres ya que es la primera vez que me despierto aquí) y espero poder plasmarla en ese blog que tengo en mente para que todos podáis reíros a mi costa (¡ya os pillaré mamones!).

Os voy a ir dejando que parece que ya no oigo ruido en la casa y tengo que acicalarme pues Londres me espera.

Un abrazo a todos y… ¡esto promete!. ;D